Diseño Grecia 2020 2 Euros Conmemorativos

En el catálogo de la feria comercial WMF 2020, el Banco de Grecia anunció por primera vez los motivos de las dos monedas conmemorativas de 2 euros para este año 2020.

La primera moneda tendrá como tema el «100. Aniversario de la Unificación de Tracia con Grecia «. En el diseño se muestra una imagen de una moneda de Dracma, en la que se representa un grifo. 

El motivo de la segunda moneda trata sobre «2.500 años de batalla en las Termópilas» muestra un casco de bronce de tipo Corintio con un mechón de pelo de caballo en el medio.

Ambas monedas se emiten en una circulación de 750,000 copias (de las cuales 735,000 copias en rollos, 10,000 en BU y 5,000 copias de prueba).

Dracma (en griego antiguo δραχμῆ, drakhmế; pl. δραχμαί, drakhmaí) era el nombre de una antigua moneda (hecha de plata) de las ciudades-estado griegas y los reinos helenísticos de Asia.

Tradicionalmente se ha derivado el término «dracma» (en griego antiguo δραχμῆ) del verbo δράττω (dráttō, «empuñar, agarrar»),​ con el significado, pues, de «puñado». Esta teoría data, al menos, del siglo IV a. C. y se basa en el hecho de que una dracma se divide en seis óbolos. Los primeros óbolos consistían en una barra de metal larga y fina, por lo que un «puñado» de seis de ellos constituirían el peso de una dracma.2

En español el término dracma puede llevar tanto el género femenino como el masculino, siendo el femenino más adecuado a la etimología de la palabra y el recomendado por la RAE,​ así como el único aceptado por el Vox de Uso del Español de América y de España.​ El masculino ha sido atraído por otras palabras griegas que acaban en -ma (-μα) (p.ej. dilema, drama), dado que ésta es una desinencia de nombre de acción muy común en griego clásico, que no guarda ninguna relación con la desinencia -ma (originalmente -μῆ) de dracma.

La batalla de las Termópilas tuvo lugar durante la segunda guerra médica; donde una alianza de las polis griegas lideradas por Esparta (por tierra), y Atenas (por mar), se unieron para detener la invasión del Imperio persa de Jerjes I. El lapso de la batalla se extendió siete días, siendo tres los días de los combates. Se desarrolló en el estrecho paso de las Termópilas (cuyo nombre se traduce por ‘Puertas Calientes’ – de θερμός,-ή,-όν ‘caliente’ y Πύλη,ης ‘puerta’; derivada de los manantiales cálidos que existían allí), en agosto o septiembre de 480 a. C.

Enormemente superados en número, los griegos detuvieron el avance persa, situándose estratégicamente en la parte más angosta del desfiladero (se estima 10 a 30 metros), por donde no pasaría la totalidad del poderío persaEn esas mismas fechas tenía lugar la batalla de Artemisio, donde por mar los atenienses combatían a la flota de provisiones persas.

La invasión persa fue una respuesta tardía a la derrota sufrida en el 490 a.C. en la Primera Guerra Médica, que había finalizado con la victoria de Atenas en la batalla de Maratón.

Jerjes reunió un ejército y una armada inmensos para conquistar la totalidad de Grecia que, conforme a las estimaciones modernas, estaría compuesto por unos 250 000 hombres (más de 2 millones, según Heródoto). Ante la inminente invasión, el general ateniense Temístocles propuso que los aliados griegos bloquearan el avance del ejército persa en el paso de las Termópilas, a la vez que detenían a la armada persa en el estrecho de Artemisio.

Un ejército aliado formado por unos 7000 hombres, aproximadamente, marchó al norte para bloquear el paso en el verano de 480 a. C. El ejército persa llegó al paso de las Termópilas a finales de agosto o a comienzos de septiembre.

Durante una semana (tres días completos de combate), la pequeña fuerza comandada por el rey Leónidas I de Esparta bloqueó el único camino que el inmenso ejército persa podía utilizar para acceder a Grecia, en un ancho que no superaba los veinte metros (otras fuentes refieren cien metros). Las bajas persas fueron considerables, no así el ejército espartano. Al sexto día, un residente local llamado Efialtes traicionó a los griegos mostrando a los invasores un pequeño camino que podían usar para acceder a la retaguardia de las líneas griegas. Sabiendo que sus líneas iban a ser sobrepasadas, Leónidas despidió a la mayoría del ejército griego, permaneciendo allí para proteger su retirada junto con 300 espartanos, 700 tespios, 400 tebanos y posiblemente algunos cientos de soldados más, la mayoría de los cuales cayeron en los combates. Tras el enfrentamiento, la armada aliada recibió en Artemisio las noticias de la derrota en las Termópilas. Dado que su estrategia requería mantener tanto las Termópilas como Artemisio, y ante la pérdida del paso, la armada aliada decidió retirarse a Salamina. Los persas atravesaron Beocia y capturaron la ciudad de Atenas, que previamente había sido evacuada. Con el fin de alcanzar una victoria decisiva sobre la flota persa, la flota aliada atacó y derrotó a los invasores en la batalla de Salamina a finales de año.

En este mapa se pueden observar los avances griegos y persas hacia las Termópilas y Artemisio. Las líneas sobre el mar marcan las líneas de abastecimiento persa, combatidas por la flota Ateniense.

Temiendo quedar atrapado en Europa, Jerjes se retiró con la mayor parte de su ejército a Asia, dejando al general Mardonio al mando de las tropas restantes para completar la conquista de Grecia. Al año siguiente, sin embargo, los aliados consiguieron la victoria decisiva en la batalla de Platea, que puso fin a la invasión persa.

Tanto los escritores antiguos como los modernos han utilizado la batalla de las Termópilas como un ejemplo del poder que puede ejercer sobre un ejército el patriotismo y la defensa de su propio terreno por parte de un pequeño grupo de combatientes. Así, el comportamiento de los defensores ha servido como ejemplo de las ventajas del entrenamiento, el equipamiento y el uso del terreno como multiplicadores de la fuerza de un ejército, y se ha convertido en un símbolo de la valentía frente a la adversidad insuperable.

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